Hace unos días postulé a un curso de poesía en el cual debes mandar una carta de máximo una plana explicando porqué quieres ser parte del curso, y otro archivo de máximo tres planas con poemas o fragmentos de poemas propios y luego el 21 de septiembre hay una audición que consiste en una entrevista personal, y a partir de eso, seleccionan a quienes quedarán.
Amo escribir, me encanta escribir, el dolor me inspira a escribir, y escribo desde lo que siento, desde el corazon, desde el alma desgarrada y quiero quedar, siento que si no quedo no volveré a escribir nunca mas, por miedo al rechazo, por miedo a no ser lo suficientemente buena, como siempre, pues nunca he sido lo suficientemente buena para nada.
Sin embargo, debeo esto con todas mis fuerza, lo deseo, lo deseo, deseo quedar.
Aqui les dejaré los poemas y fragmentos de poemas que mandé al correo, pues he escrito tanto aquí, que siento que omitir esto sería una falta de respeto jajaja :)
Hay algunos escritos, que no tienen la forma de poema, pero es porque escribo así, y no riman, muchos de ellos no riman, pero es mi forma de escribir, es mi marca personal, siemrpe he escrito así, y creo que no pienso cambiarla :)
Diagnóstico
“Dirán que es egoísta,
Absurdo,
De cobardes,
¿Pero qué sucede cuando no hay más?
¿Cuándo las voces siguen?
Floja,
Gorda,
Mediocre,
Ridícula,
Y no hay más,
No hay salida,
Ya no hay esperanza,
Cuando el dolor crece,
Y este no es tan solo físico,
No se cura con una pastilla,
Ni con alcohol,
Ni drogas,
Cuando el vacío dentro de ti,
Es tan grande,
Infinito,
Y crece sin medida,
Que sientes que te atrapará,
Como el universo a la vida,
Que te envolverá en la oscuridad,
Y caerás,
Caerás,
Pero como caer más,
Si ya estás mil pies bajo el mundo…”
(Fragmento)
Pensamientos
“Intento descifrar el mundo, pronuncie una vez, en la niñez, en la infancia, con mi inocencia presente, penetrante en cada poro de mi joven piel, Intento esconderme del mundo, pronuncié ayer, en la adolescencia, en la juventud, en el despertar del hoy, penetrante en cada partícula de dolor dentro de mi quebrado corazón.
Vive, pronunciaron tantas veces, Déjala ir, otro par de veces, no los miré, nos los juzgué, no actué, simplemente en mi continuo silencio hablé: temo vivir por miedo a morir, temo morir, por miedo a nunca haber vivido, temo dejarla ir por miedo al olvido, temo el olvido, por miedo a nunca poder dejarla ir, fueron mis palabras sin sonido, nunca llegaron a destino, pensé luego de segundos.
Como vivir, luego de perder tanto, como dejarla ir, si realmente la arrebataron de mí ser, arrebataron mi identidad, mi definición.
“Estaré aquí para ti, siempre que lo necesites”, pronunciaron semanas después, no respondí, no actué, no los miré, luego pensé, ayer no estuviste para mí, porque hoy es distinto, sin sonido fluyeron libres mis pensamientos, sin destino, sin fin, libres, tan libres como deseo serlo algún día…”
(Fragmento)
Escrito pasajero
“No sé cuan grave es mi depresión, no creo que lo sea tanto, pero duele, duele como nunca antes ha dolido, duele respirar, duele sentir la vida, duele sentir palabras, sentir abrazos, duele cada historia que marcó mi vida, duele la muerte y las despedidas, duele, duele todo lo que en algún momento dolió, todo junto, revuelto, como haciendo un queque, todo mezclado, duele.
“Depresión leve” le llama la psiquiatra, pero ¡duele!, las pastillas no calman el dolor del alma, dicen que me ayudarán en este proceso, pero no quiero procesos, porque nada ayuda, porque estoy muerta, una muerta sufriente.
Quiero llorar, tengo tantas ganas de llorar como nunca antes las había tenido. Cada llanto, cada lágrima que no derramé, que tragué, cada mordedura de mandíbula, se presenta hoy, se venga.
Quiero llorar, ¿Por qué?, imagino que preguntará la psicóloga, porque estoy cansada, porque estoy triste, porque la melancolía del momento invade mi alma, porque ya no hay alegrías, porque sonreír me resulta sombrío, porque cada palabra de aliento es una puñalada al corazón, una traición para ellos.
Yo no necesito aliento, porque no quiero vivir, ellos necesitan el aliento para aceptar que no quiero vivir”
Cobarde
“No hay secretos, no hay dudas, no hay incertidumbres, es esto, solo esto, soy yo, solo yo, no miro espejos, no miro reflejos, me oculto de mí, me oculto de mis ojos, me oculto de mi mente, me oculto del mundo, no hay tiempo para arrepentimientos, no me arrepiento, solo huyo, solo corro a un fin, ya no tengo tiempo de aceptar quien soy, ya no hay tiempo de aquella lucha, hoy, hoy voy por algo más, más grande que yo, más grande que nosotros, no puedo encontrarme hoy, no voy a buscarme, quizás, en esta corrida algún día, encuentre algo de mí, algo que voló tan lejos luego de aquella feroz bomba… aun siento el sonido de mi corazón quebrándose, aun siento a mi mente huyendo, no hay tiempo de arrepentimiento, no me arrepiento, solo corro, huyo, de esto, de ti, de mí, huyo para encontrarme, huyo para comenzar”
Recuerdo
“No estoy segura si alguna vez me amó, nunca sabré si estuve en su mente antes de dormir, no sé si en su soledad lo abrigó mi recuerdo, sé que nunca sabré si alguna vez, mi recuerdo le sacó una sonrisa, sé que todas esas dudas nunca las aclararé, sé, que nunca sabré si fue real… pero sé que yo lo amé.
Lo amé y me amé, pues él me enseño el amor, me enseñó mi corazón, y que es más que un órgano, me enseñó a demostrar mi amor, y recuerdo ese último día en que dijo que le había enseñado a caminar mirando el cielo.
Aprendimos, de nosotros aprendimos, en un capítulo de nuestras vidas aprendimos del otro, aprendimos de las miradas, aprendimos de nuestra inocencia, y me enseñó cosas, que sin él, sin aquellas causas de la vida, que me llevaron a conocerlo, no sé si habría conocido.
En aquellos meses, ¡Dios cuánto viví!, toqué el cielo, y salté en las nubes, conocí el idioma de una mirada, y la fuerza de un abrazo, conocí el sabor de tomar su mano, entendí lo que es caminar en las nubes, y muchos días sentí que andaba de cabeza, pero otros muchos días, también conocí el infierno, conocí la tortura, y viví en la incertidumbre… fui feliz, fui inmensamente feliz, viví tanto en meses, viví de aire y viví de amor, ¿si él me amó?, nunca lo sabré, sin embargo quiero vivir creyendo que si lo hizo, pues me hace sonreír el simple hecho de creerlo”
Nada es como ayer
“Nada es como ayer,
Nada es,
Como mañana será.
Hemos cambiado,
He cambiado,
¿Te recuerdas ayer?
Yo me recuerdo hoy,
Siento segundos que han pasado,
No, ya son años,
Una eternidad quizás,
Sin embargo,
Ya no es ayer,
Y hoy no es mañana,
¿Cómo seremos mañana?
Me pregunto,
¿Cómo fue el ayer?
Te pregunté,
Todo ha cambiado,
Hemos cambiado,
No he cambiado,
Apelo al auto convencimiento
¿Ayer habrías escrito esto?
¿Qué respondes?
Lo supuse…”
Y aqui les dejo la carta en la que explico mis razones por las que quiero ser parte del curso
Es la primera vez que postularé a un taller, y la primera vez que he pensado ingresar a algo, en donde salga de mi sitio de confort, lo siento hasta extraño, debo agregar.
¿La razón por la que me interesa el curso de poesía?
Siempre había escrito, desde pequeña, y no soy quien para catalogar si lo hacía bien o mal, simplemente escribía lo que sentía, y ahí quedaba, aquel pedazo de sentimiento, escondido, incluso en la basura.
Sin embargo, han sucedido cosas, que me han provocado que me dé cuenta de cuánto me gusta y cuánto necesito escribir.
Antes me avergonzaba de mis escritos, por miedo a que no fuesen lo suficientemente buenos para ser aplaudidos, o fuesen lo suficientemente buenos para ser risorios y objeto de burla.
Si bien, todo aquello no era hace mucho, en el proceso que me encuentro hoy día, con terapia dos veces por semana, me he dado cuenta, que no interesa como lo cataloguen los demás, si lo encuentran hermoso, bonito o feo, ya no importa, porque es mi forma de expresarme, de decir lo que siento sin tapujos.
Los versos definen una parte de mí.
Me interesa ser parte de este curso, porque, como dijo mi psicóloga, “saldré de casa, y conoceré gente con mis mismos, o similares intereses”, y lo que considero más importante, aprenderé de la poesía, y abriré mi mundo literario, que considero es bastante precario.
